HASTA UN 70% DE NUESTRA INMUNIDAD DEPENDE DE NUESTRA FLORA
INTESTINAL… ¿Y SI MEJORAMOS NUESTRO TUBO DIGESTIVO PARA PREVENIR
ENFERMEDADES?
El tracto gastrointestinal constituye la segunda superficie más grande del cuerpo humano después del tracto respiratorio, con un área aproximada de 400m2. El área de una pista de pádel es de 200m2, una pista de voleibol es de 162m2 y la cancha de baloncesto internacional es de 420 m2 … podemos darnos cuenta con esto de la magnitud de la capacidad de absorción de nuestro intestino?…
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que residen en el intestino humano y ésta contiene billones de microorganismos formada por bacterias, hongos, levaduras y virus. Mientras que tradicionalmente hemos estimado que la proporción entre bacterias (1014) y células humanas (1013) es de 10:1, la revisión actual calcula esa relación de 1:1 aproximadamente (3,8 x 1013 bacterias: 3 x 1013 células humanas). Una bacteria por cada célula humana.
Tenemos la misma cantidad de bacterias que de células humanas
Somos mitad humano, mitad bacterias
Para hacernos una idea de lo importante de este dato, solo basta con decir que más de 30 billones de bacterias han evolucionado y se han adaptado al interior de nuestro cuerpo, un lugar muy hostil, donde han aprendido a realizar funciones vitales para nosotros, tanto que sin ellas enfermaríamos gravemente o, directamente, moriríamos. ¿No les parece lógico cuidar de ellas?… en definitiva, es cuidar de nuestra otra mitad…no?
En este gráfico se puede observar la distribución del número y masa de los diferentes tipos de células en el cuerpo humano de un hombre adulto de 70 kg: los eritrocitos o glóbulos rojos (erythrocytes), adipocitos o células grasas (adipocytes), células musculares (muscle cells) y otras (others) y las bacterias (bacteria)
Revised estimates for the number of human and bacteria cells in the body. Ron Sender, Shai Fuchs, Ron Milo. bioRxiv 036103; doi: https://doi.org/10.1101/036103 – Now published in PLOS Biology doi: 10.1371/journal.pbio.1002533
Cuando estamos en el útero materno, los seres humanos carecemos de microbiota, la colonización intestinal comienza en el parto con la microbiota intestinal y vaginal de la madre y continúa con la leche materna. Esto es muy importante porque en el caso de partos de cesárea la colonización no sucede y hay que tenerlo en cuenta en estos niños como así también cuando el neonato no tiene lactancia materna. Se sabe que situaciones que ocurren alrededor del nacimiento incrementan el riesgo de desarrollar obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular en la etapa adulta, y la colonización inicial podría ser muy importante para determinar la composición final de la microbiota permanente en los adultos.
Las poblaciones bacterianas que formarán la microbiota intestinal cambian a lo largo de la vida con el medio ambiente, la carga genética, la edad, el tipo de dieta, el estrés, las infecciones, el uso de antibióticos, las intolerancias de los alimentos.
La interrelación entre la microbiota intestinal y el huésped humano es simbiótica lo que significa que nosotros le damos un hábitat con nutrientes y a cambio recibimos funciones que contribuyen a la homeostasis intestinal (mecanismos autorreguladores) tanto inmunológica como metabólica.
Es por eso que al conjunto de la microbiota intestinal se la considera como un auténtico órgano
Constituye una barrera protectora contra los patógenos gracias al espacio que ocupa, a la capacidad de secreción de sustancias antimicrobianas y a la acidificación del medio al segregar ácidos orgánicos. Además, las bacterias beneficiosas mantienen a las células epiteliales sanas, regulando el proceso de renovación constante y fortaleciendo la defensa frente a microorganismos invasores.
El intestino no podría digerir ciertos nutrientes de los alimentos sin la ayuda de las bacterias beneficiosas. La microbiota intestinal interviene en procesos metabólicos ya que digieren proteínas, descomponen lípidos y fermentan los polisacáridos obtenidos de la fibra dietética dando lugar a monosacáridos y ácidos grasos de cadena corta como acetato, propionato y butirato. El acetato es usado por los miocitos y cardiomiocitos (células musculares las primeras y células musculares del corazón las segundas), el propionato interviene en la gluconeogénesis hepática (fabricación de glucosa por el hígado a partir de precursores que no sean hidratos de carbono) y el butirato proporciona un efecto antiinflamatorio y es una fuente de energía para las células epiteliales, que son las células de revestimiento.
Los hábitos dietéticos de cada individuo establecen un perfil de bacterias determinadas en cada persona. En África donde se come más fibra, hay mayor proporción de unas bacterias llamadas Bacteroidetes y menor proporción de Firmicutes respecto a individuos europeos. Las personas que tienen alta cantidad de Firmicutes en su microbiota intestinal tienen más riesgo de diabetes, obesidad e hipercolesterolemia, predisponiéndoles a un mayor riesgo de enfermedad cardiovas-cular. El consumo excesivo de alimentos azucarados y carbohidratos procesados favorecen el desarrollo de hongos, sobre todo de Cándida spp.
La disbiosis intestinal es una alteración de nuestra microbiota, muy común actualmente en toda la población; ahora podemos entender cómo esto genera problemas digestivos y enfermedades en todo nuestro organismo.
Cuando tenemos síntomas digestivos que llamamos “crónicos” como acidez, gases, eructos, hinchazón abdominal, dolor abdominal después de las comidas, estreñimiento o diarrea entre otros, tenemos que estar alertas y hacer una evaluación adecuada para corregirlos porque no solo aliviaremos esos síntomas sino que también estaremos mejorando nuestras defensas y asegurándonos mayor fortaleza inmunológica para prevenir enfermedades de cualquier parte de nuestro cuerpo; infecciones virales, bacteriana o por hongos, enfermedades reumatológicas y autoinmunes, enfermedades metabólicas como la diabetes o la arteriosclerosis, enfermedades degenerativas como el Alzheimer o patologías como el Cáncer.
Si deseas evaluar tu alimentación y tu estilo de vida para mejorar tu Salud, no dudes en contactar para una cita y nos ponemos manos a la obra.
Dra. Milagros Vélez Galván
Con Salud, Salut Verda